“He perdido la motivación, ¿cómo puedo recuperarla?”, ¿has escuchado esta expresión alguna vez?. O incluso tú mismo, ¿puede que la hayas pensado y que te sientas sin ilusión?.
La mayoría de las personas que se han encontrado alguna vez con esta sensación piensan que el mundo es un lugar demasiado difícil. Sienten que la vida no tiene un sentido claro para ellos y, que incluso, “parece que haya que ser falso para estar bien y llevarse bien con todo el mundo”.
La verdad es que cuando se permiten hacer un “stop emocional” en sus vidas y comprender su desmotivación, se dan cuenta que su motivación siempre estuvo ahí. Lo que ocurre es que en determinadas épocas de sus vidas no la dejaron salir.
Todo el mundo tiene un motivo que le impulsa como mínimo a:
- Querer influir positivamente en las personas de su alrededor. Sea el trabajo, la familia, los amigos, etc.
- Afiliarse y sentirse identificado con un grupo. En cualquiera de sus ámbitos vitales. Formar parte de algo más grande que uno mismo, nos impulsa a aportar lo mejor de nosotros mismos.
- Conseguir retos. Es el impulso que nos dirige a superarnos, a conseguir nuestras metas y a implicarnos en lo necesario para conseguirlas.
Entonces, ¿a dónde se fue tu motivación?
Podríamos decir, que “se ha escondido”. La motivación a menudo se encuentra abrumada y oculta por, al menos, alguna de estas razones:
- Un montón de vivencias difíciles no resueltas emocionalmente.
- El cansancio o agotamiento.
- La falta de recursos psicológicos.
- Posible inercia de comprometernos con demasiadas obligaciones.
- Exceso de perfeccionismo.
Pero existe, la tienes. Tu motivación está ahí. Quizá la parte más difícil sea trabajar en ti mismo para dejarla salir. Por ello, invertir en ti para deshacerte de todo lo que oculta tu motivación, es crucial para gestionar esa desilusión.
¿Qué hace que pierdas la motivación?. Veamos algunos casos. También te invito a que te plantees algunas pequeñas acciones para que puedas sacarla a la luz. Cómo ya me conoces, sabes que no daré recetas mágicas ni rápidas. Pero al menos, algunas indicaciones de cómo empezar si que sería interesante que pudieras tenerlas en cuenta. Es importante recordar que los procesos psicológicos son muy personales y que no a todo el mundo le sirve todo. En los casos de desmotivación, siempre estamos ante un camino de autodescubrimiento personal e intransferible.
He perdido la motivación ¿cómo puedo recuperarla?
Hay una serie de señales físicas, emocionales y mentales que te avisarán de que tu motivación está quedándose en un segundo o tercer plano. De hecho, identificar estos avisos y profundizar en cómo llegamos hasta ahí, será la clave para gestionar la tristeza y falta de ilusión que produce la pérdida de motivación.
¿Qué te dice tu cuerpo sobre tu pérdida de motivación?
- No escuchas lo que necesita tu cuerpo
- Trabajas demasiado
- Te sientes cansado
- Últimamente los resfriados son más frecuentes o duraderos, igual que los dolores de cabeza o dolores musculares.
- Tu sistema inmunológico parece estar bajo mínimos.
Una investigación llevada a cabo por Jonathan Leval, Shai Danziger, and Liora Avniam-Pesso en las universidades de Columbia and Ben-Guron mostraba la importancia de la glucosa en nuestro cuerpo. Cuanta menos glucosa tienes en tu cuerpo, menos dispuesto estás a hacer una decisión activa para cambiar el futuro.
¿Puede que tu cuerpo te esté avisando de que necesita determinados alimentos para sentirse mejor?. Puede ser glucosa, pueden ser vitaminas, … Negar las necesidades fisiológicas de tu cuerpo puede afectar a tu energía, en consecuencia a tus emociones y motivación.
Ya sé que lo sabes, pero hazlo, empieza por lo básico, aliméntate bien.
- Haz un repaso de tu dieta.
- Incluye fruta, verdura y frutos secos.
- Bebe agua.
- Camina o realiza alguna actividad física.
- Y todas las recomendaciones que nos dicen los médicos…
Pero sobre todo, disfruta comiendo. Evita comer pensando en lo siguiente que tienes que hacer. Haz las comidas con mentalidad de mindfulness. Disfruta y concéntrate en cada alimento, en su sabor, en su olor… Si tienes ocasión, ya cuando estés en casa, dedícale un poco de tiempo más a preparar lo que vas a comer. Tan importante es preparar la comida como ingerirla. El proceso de darse la oportunidad de “me merezco este rato para disfrutar” es un proceso básico que personas con depresión o con gran desmotivación siempre relegan. Lo sustituyen por comer cualquier cosa o incluso comer mal y menos. Lo mismo ocurre con la actividad física. Empieza por lo básico. Luego veremos qué más puedes hacer para recuperar tu motivación.
¿Qué te dice tu mente sobre tu pérdida de motivación?
- Te estás involucrando en demasiadas decisiones.
- Tu perfeccionismo te está ahogando porque no puedes llegar nunca a lo que consideras que es correcto.
- Te dejas llevar por los ambientes tensos, de incertidumbre y tóxicos.
- Tienes conflictos internos que te están estresando continuamente y te están agotando.
- No puedes imaginar claramente tus próximas metas.
Necesitas profundizar, conocerte a ti mismo es la clave para activar tu motivación
lo que te dice tu mente | empieza con algunas reflexiones |
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Te estás involucrando en demasiadas decisiones | ¿Realmente tienes que tomar tú todas esas decisiones?. ¿Son todas urgentes?. ¿Son decisiones que quieres tomar?. Haz una lista de las decisiones que quieres tomar, las que debes y las que podrías tomar. Identifica así, más fácilmente el plazo para tomarlas. Ahora déjalas a un lado por un momento, y piensa cuáles son tus prioridades más importantes en tu vida. ¿Puedes reorganizar tu lista de decisiones?. Empieza a ser posible por las decisiones que quieres tomar. |
Tu perfeccionismo te está ahogando | ¿Qué hay detrás de tu perfeccionismo obsesivo?.Piensa. ¿Qué buscas calmar y no estás consiguiendo?. Haz una lista de motivos por los cuales necesitas prestar tanta atención a la perfección y a lo correcto. ¿Qué te dicen esos motivos?. Reflexiona. ¿Qué necesitas reorientar o fortalecer en vez del perfeccionismo?. Te en cuenta, ¿Qué te pierdes poniendo el perfeccionismo como eje de todas tus actuaciones?. |
Te dejas llevar por ambiéntes tensos, tóxicos y de incertidumbre | Cuánto menos consciente es uno mismo de sus fortalezas y sus recursos psicológicos, más fácil es dejarse abrumar por este tipo de ambientes o por personas con comportamientos tóxicos. Reflexiona sobre quién eres, de qué te sientes orgulloso, cuáles fueron tus logros pasados y cómo los resolviste. Vive las situaciones tensas, tóxicas o de incertidumbre desde lo qué tu quieres hacer, lo que tú puedes aportar. Delimita bien tus límites y decide en qué batallas quieres poner tu energía y tu valor. A veces la tensión, la incertidumbre y la toxicidad no son un ataque personal. Valora qué puedes y quieres hacer en cada momento de forma consciente. |
Más cosas que te dice tu mente…
lo que te dice tu mente | empieza con algunas reflexiones |
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Tienes conflictos internos importantes | Los conflictos internos generan emociones negativas posiblemente de ansiedad, intranquilidad y frustración. Si sientes contradicción interna es porque tus valores, prioridades y principios no encuentran coherencia en tu vida. ¿Cómo estás afrontando tu día a día?. ¿Qué estás poniendo por delante de ti?. ¿Son coherentes tus decisiones con tus valores?. Investiga a quién estás dando prioridad y por qué. Posiblemente te venga bien invertir tiempo en reflexionar que lo qué tu quieres es tan importante como lo que quieren los demás, y que vale la pena reflexionar sobre cómo encontrar la forma de llegar a acuerdos. En vez de priorizar lo que piensan los demás sobre lo que piensas tú. |
No puedes imaginar claramente tus metas | Seguramente las emociones negativas que acompañan a tu desmotivación hacen que mentalmente no dispongas de claridad sobre tus metas. También puede influir que no le estás dedicando el tiempo y reflexión necesarias para poner blanco sobre negro en lo que quieres conseguir. En el caso de que las emociones negativas te estén bloqueando, resuelve y regula primero tus emociones, luego revisa nuevamente tus metas. Para reflexionar sobre tus metas es importante que profundices, sobre el motivo de tus metas, para qué quieres conseguirlas, cómo te harán sentir, a qué estás dispuesto a renunciar y en qué estás dispuesto a implicarte al máximo. |
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¿Qué te dicen tus emociones sobre tu pérdida de motivación?
- No te sientes autónomo en tu vida personal, familiar, social o laboral.
- Dependes mucho de los demás para sentirte bien.
- Te resulta muy difícil identificar por qué no estás bien.
- No se lo has contado a nadie o casi nadie pero intuyes que hay alguna emoción no resuelta desde hace tiempo.
- Sientes miedo.
Para resolver tus emociones es necesario conocerlas, identificar el motivo y buscar nuevos recursos psicológicos
lo que te dicen tus emociones | Empieza con algunas reflexiones |
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No te sientes autónomo en las diversas facetas de tu vida | Sentir que no eres “dueño” de tu tiempo, de tu vida o incluso de tus decisiones puede causar gran desmotivación. La autonomía personal además, influye directamente en tu autoestima. Así que, préstale la atención adecuada y revisa en qué facetas de tu vida no sientes la suficiente autonomía personal. Reflexiona sobre cuánta autonomía tienes en relación a las metas que quieres conseguir. ¿Hay algún área donde te sientes controlado?. Identifica cómo puedes desarrollar progresivamente mayor autonomía. ¿Cómo puedes asumir mayor autonomía en tus tareas, tiempo, decisiones, retos, etc.? Si es necesario pide la autonomía que crees que puedes asumir en algún entorno determinado como el trabajo, por ejemplo. |
Dependes mucho de los demás para sentirte bien | Está genial sentirnos contagiados por las personas que desprenden alegría y energía. Ahora bien, el problema está cuando dependes del entorno para sentirte bien y no dispones de los recursos necesarios para activar tus mejores emociones cuando las necesitas. La búsqueda de aceptación y aprobación, el considerarte menos que los demás, y la falta de conocimiento consciente de uno mismo, pueden provocar tu desmotivación. Revisar situaciones en las que “por compromiso”, tuviste que activar tu mejor emoción puede ayudarte. Muy posiblemente, ser consciente de cómo activaste tu mejor emoción en una situación que “no querías o no podías” expresar tus emociones negativas, puede ayudarte. Seguro que ante un cliente, amigo o familiar diste lo mejor de tus emociones aunque no te sintieras así al principio. Seguramente acabaste por sentirte mucho mejor que cuando entraste en esa situación. ¿Cómo lo hiciste?. |
Incluso si te resulta difícil…
lo que te dicen tus emociones | Empieza con algunas reflexiones |
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Te resulta muy difícil identificar por qué no estás bien | Seguramente no quieras saber cómo te sientes. Hay muchas personas que “huyen” de profundizar en sus emociones por temor a reconocer lo que sienten. Pero esto, es un falso recurso psicológico, porque el malestar aumenta cada vez más. Prueba a hablar con alguien de confianza, con un profesional o incluso empezar a escribir sobre ello. Empieza por poner palabras sin orden ni concierto sobre lo que sientes. Desarrolla después cada idea emocional. Exprésate y explícate con todo el detalle que necesites. Reflexiona más tarde sobre lo que has sido capaz de expresar ¿qué es exactamente lo que sientes y por qué te ocurre?. |
Escucha a tus emociones…
lo que te dicen tus emociones | Empieza con algunas reflexiones |
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Sabes que tienes alguna emoción no resuelta desde hace tiempo | Hay emociones que puede que te duelan demasiado, o incluso sientas vergüenza de sentirlas. Lo cierto, es que como no han requerido una solución urgente las has ido procrastinando, y la inercia del día a día las ha ido ocultando. Las emociones que se guardan en cápsulas internas “pendientes de ser resueltas” pueden acabar por hacerte más daño que la emoción inicial. Suelen crear etapas de desmotivación, de crisis personal o de ansiedad en momentos decisivos de la vida de las personas. Date permiso psicológico para abordarlas. Reconcíliate con ellas. Préstales la atención que necesitan. Es como si tuvieras una etapa de tu vida sin terminar y sientes que no te deja seguir adelante con tranquilidad y seguridad. Evita esperar a momentos de crisis. A veces, suelen requerir perdonarse, asumir algunas pérdidas en nuestra vida, reconocer el dolor o la rabia, hacer las paces con nosotros mismos o con alguien. |
Sientes miedo | Piensa de qué o quién tienes miedo. ¿Qué es exactamente lo que te preocupa?. Tu miedo te está paralizando, así que presta atención a los motivos ya que son parte de la solución. ¿Qué necesitas hacer para que ese miedo se calme?. El miedo es un aviso de que estás ante una situación que requiere de recursos diferentes a los habituales. |
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Conclusión
La falta de motivación viene acompañada de multitud de señales físicas, mentales y emocionales. Prestarles atención es el paso necesario para iluminar de nuevo tu motivación, tu propósito, tu impulso y tus compromisos. Esa razón por la cual te brillan los ojos, puede estar oculta en determinadas etapas de tu vida. No la has perdido. Puede que sencillamente tengas algunos “pendientes” emocionales, físicos y mentales que atender primero.
Préstales atención y aumenta tu capacidad de vivir de manera plena, consciente y elegida. Tu motivación está esperando a que “hagas los deberes”. 🙂