Cómo recuperarte cuando sientes que has fracasado. Ese es el objetivo más importante en el que centrarte. Recuperarte y seguir adelante. ¿Tienes estrategias psicológicas para conseguirlo?
Qué hacer cuando sientes que has fracasado. Sí, justo esta es la pregunta clave. Justo este enfoque es lo que diferencia a las personas que se consideran o no fracasadas.
Sufrir porque uno siente que ha fracasado en algún aspecto de su vida o proyecto es algo común. No por ello, sentirás mayor consuelo, estoy segura. Y es que vivir, implica experiencias más o menos satisfactorias, y más o menos exitosas. Quizá la primera pregunta que es importante hacerte, es ¿aceptas que vivir es lograr éxitos, encontrarte con fracasos y aprender?
Racionalmente, estoy casi segura que lo aceptas. Lo que me preocupa, y con lo que más frecuencia me encuentro, es quizá la aceptación emocional de esta pregunta clave. Es decir, ¿estás dispuesto a asumir la gestión e la euforia de tus éxitos y el desánimo cuando tus expectativas no se cumplen?. ¿Tienes práctica en la gestión de estos dos “polos emocionales?. ¿Sabes cómo gestionarlo cuando ocurre?. O, ¿tienes miedo a sentirte mal?.
Sentir el fracaso de forma que a uno lo paraliza, suele venir acompañado de otras emociones importantes como la CULPA y la VERGÜENZA. Emociones demoledoras que sostienen el bloqueo de estrategias psicológicas que permiten afrontar las experiencias de fracaso.
Y volvemos de nuevo a la clave. Encontrarte con experiencias en las que no estás consiguiendo o no has conseguido lo que esperabas, no te convierte en “fracasado”. Cuidado con etiquetarte. Es dañino emocionalmente. Si te miras con perspectiva, seguro que encuentras momentos, áreas de tu vida y situaciones en las que te implicaste y si lograste sentirte bien. No las desprecies.
Aún voy más allá, seguro que habrá experiencias en las que tus expectativas no se cumplieron, pero no sufriste tanto. ¿Qué hiciste para superarlo o que no te importara tanto?.
En definitiva, la forma en la que afrontas las situaciones de fracaso, es lo que te va a permitir sufrir menos y aprender más. Aceptar la vida con todas sus experiencias y seguir adelante. Ser consciente de qué recursos utilizas para gestionar las emociones de todas tus experiencias vitales.
Cómo recuperarte cuando sientes que has fracasado
Vamos a reflexionar ahora sobre algunas pistas para comprender este sentimiento tan intenso como puede ser el fracaso.
Comprenderte siempre es el paso previo para aprende a cómo recuperarte cuando sientes que has fracasado.
Contaremos con algunas ideas de Guy Winch, Ph.D., autor en Psychology Today y ponente en TED talks.
El autor nos propone una primera clasificación de estilos de afrontamiento, que definen como las personas actúan:
- Aquellos que abandonan rápidamente. Realizan un primer intento de abordar un reto pero no lo consiguen. Posteriormente, lo dejan estar ya que identifican que está fuera de su alcance.
- Personas que desmoralizan tanto que se bloquean y permanecen pasivos y con sensación de desamparo.
- Aquellos que fracasan pero siguen intentándolo hasta que lo consiguen.
- Personas que se estresan y se autoevalúan tanto que no pueden pensar.
¿En qué estilo de afrontamiento te sueles mover con mayor frecuencia?. Como ves la forma en que afrontamos el fracaso es fundamental para el éxito en la vida. También para tu bienestar, equilibrio personal y felicidad.
El fracaso duele. Ahora bien, puede ser una valiosísima fuente de aprendizaje e información. Puede ser, si te das permiso una experiencia de crecimiento personal, en tanto en cuanto, te plantees que puedes hacer diferente la próxima vez. Si te quedas mirando como no consigues lo que quieres, no habrá ni crecimiento, ni aprendizaje ni equilibrio personal.
Todo las personas pueden aprender de las experiencias de fracaso. Ahora bien, es importante entender el impacto que tiene en ti, las limitaciones psicológicas que crea y los retos emocionales que conlleva.
El único verdadero fracaso, es aquel del que no aprendes nada.
Limitaciones psicológicas cuando sientes que has fracasado
Abordar y poner en marcha tus mejores recursos psicológicos ante el fracaso marcará la diferencia de cómo te sientas y de lo que consigas. Cuando sientes que has fracasado:
- Las metas parecen que son más inalcanzables y que tú eres más “pequeño”. Fracasar puede hacerte sentir menos inteligente, menos válido, menos capaz y menos competente. Todos estos sentimientos tendrán un alto impacto en tu autoestima y en el resultado de los esfuerzos que realices en el futuro. Extraerás conclusiones generalizadas de tu aparente incapacidad para conseguir nuevos retos. Por otro lado, los pensamientos negativos de tu diálogo interno, te impedirán analizar desde la calma. Te dificultarán valorar de una forma más objetiva cuáles son las verdaderas causas de por qué no lo estás consiguiendo. Y así poder buscar la solución.
- Se te olvida crear un plan para tu meta. Al igual que los propósitos de año nuevo, puedes comprobar que con mucha frecuencia la lista de propósitos se queda en el papel. Nuevamente puedes comprobar que fracasas una y otra vez en conseguir lo que deseas. Normalmente, dedicamos mucha energía en este tipo de listas. Lo que quizá se te olvide es en preparar un plan para abordarlo. Es fenomenal que te plantees una lista de retos. Ahora bien, que sea una lista alcanzable y motivadora. Y además le añadas un plan para cada meta. Un plan que incluya cada paso, cada recurso psicológico que utilizarás y cada estrategia que pondrás en marcha en caso de desmotivación por encontrar dificultades.
“Bucles” emocionales
- Pasividad y sensación de desamparo. Cuantas más interpretaciones realices a cerca de tu incapacidad de afrontar nuevos retos, mayor será tu desmotivación. Con lo que tu pasividad en las actuaciones y tu sensación de desamparo crecerá. ¿Cómo vas a seguir adelante si estás invirtiendo gran parte de tu energía en convencerte que no puedes?. De hecho, cuanto más te convences más compruebas que no puedes. Claro, pensar que no puedes resolver una situación difícil, hará que no inviertas en realizar ningún esfuerzo. Este bucle será tu mayor trampa. Al no tomar ninguna decisión, por pequeña que sea que te acerque a tu objetivo, seguirás experimentando situaciones de fracaso.
- La sensación de ansiedad, culpa o vergüenza bloquea tu concentración. Estas emociones pueden ser tan intensas que dificultan tu capacidad para comprender cuestiones clave en el logro de resultados. Además, La activación constante de estas emociones bloqueará tu habilidad para recuperar información o habilidades clave, así como tu capacidad para tomar decisiones.
- Refugio en el apoyo emocional como única estrategia de recuperación. Cuando el sentimiento de fracaso o de “aparente incapacidad” es intenso, es posible que tiendas a refugiarte en el autoconsuelo. O incluso, que las personas que están a tu alrededor, tiendan a consolarte y mimarte para que no sufras. Está comprobado que el apoyo emocional y social como estrategia sólo te mantendrá en la afirmación de que “no puedes” conseguirlo.
“Bucles” mentales
- Te “enganchas” a la sensación de que tus pensamientos son la verdad. Pensamientos del tipo: “no voy a ser capaz”, “esto es demasiado para mi”, “yo no soy suficientemente…”, “mi hermano, mi amigo, mi compañero es más fuerte que yo…” se repiten constantemente en tu cabeza. La verdad es que este tipo de reflexiones internas tienen una funcionalidad, prevenir que te sientas más ansioso, desechando la posibilidad de que vuelvas a intentarlo. Te previenen del hábito de gestionar nuevas emociones a las que no estás acostumbrado. Convierten así, lo que piensas en tu realidad inmediata. Con lo que tenderás a no hacer ningún esfuerzo adicional o diferente para afrontar el reto que tienes delante.
- Se dispara tu capacidad para imaginar mayores fracasos en el futuro. Al activarse el Sistema Nervioso Simpático tus capacidades cognitiva se mantienen limitadas, pudiendo poner en marcha solo un tipo de recursos psicológicos. Los más frecuentes son: seguir atribuyéndote la culpabilidad, buscando más errores pasados que realizaste, recordar eventos negativos anteriores y anticipar nuevos problemas. Con este enfoque mental, imaginarás cada vez mayores situaciones similares a la original que no pudiste afrontar, creyendo que tampoco podrás afrontar nuevos y diferentes retos.
Recomendado: Cómo superar la ansiedad de los pensamientos obsesivos
El secreto de permanecer siempre vigente es comenzar a cada momento.
Qué puedes hacer cuando sientes que has fracasado
Todo el apoyo emocional que quieras junto con aprendizaje
Por si nos habíamos sorprendido antes por el hecho de que la búsqueda de apoyo emocional no te ayudará, vamos a situarnos. Cuídate, mímate y busca el apoyo que necesites. Ahora bien, añadámosle una condición de éxito. Aprende. Esta es la estrategia más eficaz. ¿Qué puedes aprende de esta experiencia?. Pero no te quedes en un aprendizaje abstracto y trascendental. Identifica claramente qué necesitas cambiar, qué acción realizaste que necesitas modificar, mejorar o realizar de forma distinta.
El fracaso te proporciona nuevas oportunidades. Aprovéchalas. Recuerda que cuando algo no te sale bien, te sitúa en un nuevo escenario que hubiera sido imposible que experimentaras de no atreverte a abordarlo.
Al contrario de lo que te dicen tus miedos y pensamientos negativos, que ya sabes que te previenen de una nueva gestión emocional, el fracaso te hará más fuerte. Te permitirá aprender recursos psicológicos diferentes que te facilitarán nuevos éxitos en el futuro.
Si lo analizas bien y te permites hacerlo desde la calma, es la constante inversión en progresar, y superar cada paso de tu reto final lo que más contribuye a tu bienestar y satisfacción personal. Más allá del éxito final, la gestión (durante el proceso) del fracaso es una de las llaves para asegurarse el constante bienestar emocional y la felicidad.
Pon el foco en aquello que puedas controlar y dependa de ti
La mejor forma de recuperar la creencia en uno mismo es activar tu capacidad para centrarte en lo que puedes controlar. Lo primero, es evaluar de nuevo la fase inicial, es decir, el plan para alcanzar tu meta. Segundo, tu desempeño, es decir, cómo pusiste en marcha tu esfuerzo, cómo actuaste en esa parte de tu camino hacia la meta final.
Así, que si quieres realmente, aprender del fracaso y aumentar la percepción que tienes de ti, céntrate. Centra tus esfuerzos en redefinir tu meta de la forma más realista y específica posible. Ser mejor líder, mejor profesional o mejor estudiante está fenomenal. Ahora conviértelo en algo más realista y concreto. “Quiero ser capaz de realizar mejor las conversaciones sobre exigencia y desempeño con mis colaboradores”. O, “quiero manejar determinada técnica/habilidad en mi profesión para abordar la situación de…”. O bien, “ quiero acordarme con más facilidad y calidad lo que estudio durante estos meses hasta el examen”.
Tu capacidad para reorientar tu atención y tu energía es crucial para aprender a cómo recuperarte cuando sientes que has fracasado.
Fragmenta y planifica para recuperarte del fracaso
Fragmenta cada paso intermedio hacia tu meta. Aprender la capacidad de diseñar retos intermedios suficientemente motivadores es otra de las claves. Nuevamente céntrate en lo que depende de ti, lo que puedes aportar, lo que puedes hacer diferente para alcanzar esa meta intermedia.
Que no se te olvide asignar plazos de tiempo. Tan importante es la fecha en la que empezarás a poner en marcha nuevas acciones como la fecha en la que lo habrás completado.
Y por último, haz una lista de posibles situaciones de desmotivación, dificultades que te puedan surgir o tentaciones que puedas tener que te desvíen de tu meta intermedia. Añade a esta lista posibles soluciones que puedas anticipar y poner en marcha si llega el caso.
Potencia el control que tienes sobre el desempeño de tus tareas
- Describe exactamente la situación en la que no has conseguido lo que querías o esperabas.
- Explica con detalle los factores que han contribuido a tu fracaso.
- Clasifica que factores están bajo tu control y cuáles no.
- Reenfoca cada uno de los motivos y factores que están bajo tu control y aprende a verlos desde una perspectiva diferente.
- Crea un nuevo plan de acciones que dependan de ti para abordar de nuevo la situación.
Hazte responsable del miedo que sientes ante el fracaso
Es tu miedo y tu ansiedad. Nadie la resolverá por ti a menos que tomes la decisión responsable de afrontar estas emociones difíciles. Aprende a cómo gestionar tus emociones más difíciles. Reflexiona cómo superaste en el pasado emociones que te pudieron bloquear. Comparte con personas de confianza lo que sientes con el fin de descargar y entenderte mejor. Evita compartir lo mal que te sientes constantemente para mantenerte en esa situación emocional. Te mantendrá en posición de víctima.
Pide ayuda profesional si es necesario para gestionar tu capacidad para gestionar tus emociones. Escribe sobre lo que sientes y el impacto que está teniendo en ti. Libera el peso emocional que sientes para poder abordarlo mejor.
Gestionar y ocuparte de tus emociones te ayudará a volver a centrar tu atención y tus esfuerzos. Ocúpate de que puedas salir exitoso de tus meta final y de tus retos intermedios. Sigue adelante, demuéstrate que los pensamientos de miedo solo son avisos, no realidades inamovibles.
Compensa el desgaste emocional del miedo y de la ansiedad, felicitándote por los pequeños retos intermedios que consigas. Recuerda que para mantenerte en equilibrio emocional necesitas ocuparte de vivir 3 experiencias positivas por cada negativas que vives. ¿Cómo vas a asegurar que vives esas experiencias positivas?. Amplía la visión de tu autoestima conforme vayas consiguiendo esos pequeños retos intermedios que has planificado. Aprende a verte mejor de cómo te veías antes.
Recomendado: Qué aprender de ti para regular tus emociones
La persona a la que admiras se repuso seguro de sus fracasos y es por ese motivo por el que la admiras. ¿Cómo conseguirás admirarte a ti mismo?
Conclusión
Repasemos las ideas clave para aprender a cómo recuperarte cuando sientes que has fracasado:
- La sensación de fracaso viene frecuentemente acompañada de sentimientos de culpa y vergüenza. Es muy importante que estés preparado para gestionar las emociones que acompañan a tus retos.
- Procura que tu estilo de afrontamiento ante nuevos retos sea asumir el fracaso y seguir intentándolo hasta conseguirlo.
- Para que las metas no te parezcan tan inalcanzables es importante que diseñes el plan que seguirás para alcanzar tu meta.
- Recuerda que los “bucles emocionales” limitarán tu valía real.
- Los “bucles mentales” son tu mayor “trampa” para aprender a cómo recuperarte cuando sientes que has fracasado.
- Busca apoyo emocional junto con la condición de éxito de potenciar tu aprendizaje.
- Céntrate en lo que depende de ti.
- Potencia el control que tienes sobre el desempeño de tus tareas.
- Hazte responsable del miedo que sientes ante situaciones de fracaso.