Cuando el manager se siente triste y nadie lo ve

Cuando el manager está triste, muchas veces nadie se da cuenta. No sé si os lo habíais planteado pero un manager es una persona cómo tú y como yo. Tiene una vida personal, inquietudes, preocupaciones, emociones, miedos, ilusiones, expectativas y retos, como todas las demás personas. Seguramente su rol de liderazgo, puede hacer que casi viva constantemente detrás de “ese traje de liderazgo”. Y con ese traje trata de vivir el resto de áreas de su vida. Lo que no generará los resultados esperados de satisfacción personal, pero ahí está, haciendo lo que mejor sabe hacer de la mejor manera posible. 

En sus espaldas recaen muchas responsabilidades, resultados de la empresa, satisfacción del cliente, mantenimiento de las personas que conforman su equipo, estrategias e indicadores de rentabilidad… Está claro que todos, en cada uno de nuestros puestos de trabajo, tenemos responsabilidades. Ahora bien, un manager es responsable de un equipo, de su desarrollo, crecimiento, resultados y desempeño. 

Últimamente, me encuentro, en las sesiones de coaching, con muchos managers y directivos, que vienen por un mensaje claro pero difuso a la vez. Normalmente suelen empezar con quiero mejorar mi capacidad de liderazgo. Al revisar sus hábitos ves que lo están haciendo bastante bien, aún habiendo posibles mejoras. 

Y en algún momento de la conversación, casi de pasada, surge, “pero es que no me siento bien… no sé que me pasa realmente”.  Cuando sigues explorando un poco más… descubres que llevan mucho tiempo embotellando sus emociones, sea en el ámbito personal o profesional. 

Señales de un manager triste

Por si te lo estabas preguntando, cuando hablo de manager hoy, hablo tanto de hombres como de mujeres. Tengo experiencias de coaching vividas en los dos casos. Con las personas que he trabajado, casi te podría decir que están igualados. Bien, tiene una cosa en común. No se sienten felices. 

Hay más cosas en común como determinados hechos o señales, que al explorar con ellos, están presentes. Puede haber otras señales, pero te cuento hoy las que me están llegando a mi, y es que estas personas suelen ser:

Qué hay detrás de la tristeza de un manager

  • Profesionales de éxito.
  • Con capacidad emprendedora e innovadora dentro de su trabajo.
  • Enfocados en procesos y resultados.
  • Con una visión muy completa de los negocios en los que trabajan.
  • Muy exigentes consigo mismos y con su equipo.
  • Normalmente muy bien valorados por las personas con las que trabajan.
  • Introvertidos en sus emociones.
  • Detectan que en ocasiones tienen estallidos emocionales cuando las cosas no salen bien.
  • Muy responsables.
  • Trabajan muchas horas
  • Linea difusa entre el espacio personal, familiar y profesional.
  • Se esconden o aprovechan “su traje de manager” para seguir adelante con cualquier obstáculo.
  • Se describen como muy racionales.
  • Trasladan sus habilidades de manager al ámbito personal y familiar.
  • Posiblemente llevan arrastrando muchos años una situación familiar insatisfactoria.
  • En ocasiones, llevan también el peso de la economía familiar.
  • Muy buenos valores personales, generosidad y bondad, son algunos de ellos.
  • Aunque no suelen mostrar sus emociones, cuando lo hacen, no obtiene apoyo y “aguantan” la situación como pueden.
  • Arrastran un malestar personal que les suele generar ansiedad y tristeza.
  • Sufren aunque nadie lo suele notar y les es difícil explicarlo.
  • Consciente o inconscientemente han desarrollado un perfil de “personas fuertes” que hace que los demás sigan esperando esa fortaleza en cualquier situación y ámbito de la vida.
  • Sienten que tienen la responsabilidad de cuidar de los suyos.
  • No suelen tener o percibir personas de confianza para compartir lo que sienten.
  • Posiblemente el coach sea la única persona a la que le han contado determinados pensamientos o sentimientos.

Cuando el manager se siente triste, sufre porque está incubando o embotellando sus emociones

Después de los puntos anteriores, es posible que te sientas identificado con algunas o muchas de estas señales. ¿Qué hay detrás de estos hábitos o planteamientos?. Normalmente, un gran potencial de desarrollo en Inteligencia Emocional y de toma de decisiones personales para sentirte mejor.

¿Qué significa que el manager está “embotellando” sus emociones?

EMBOTELLLAR emociones significa que intentas dejar tus emociones, sobre todo las más difíciles a un lado, y te centras en seguir adelante con tus actividades, rutinas y responsabilidades. 

Seguramente tratarás de racionalizar tus emociones más difíciles argumentándote que “al menos tienes un buen trabajo, familia, amigos, …”. Además este planteamiento suele verse reforzado por que las personas a tu alrededor te indican que tienes una vida y un trabajo privilegiado con los que debe sentirte afortunado. 

Bien, seguramente sea así. Aunque realmente, esto no te hace sentir mejor. De hecho, embotellar emociones no suele solucionar la causa raíz del problema emocional. Por el contrario, se suele producir el efecto “olla a presión”. Vas embotellando esas emociones difíciles que no sueles compartir con nadie y en situaciones críticas estallas porque ya no puedes más. Y sigues sin solucionar lo que realmente te ocurre. Sintiéndote además, mucho peor, porque una persona como tú “no debería haber reaccionado así”.

Para superarlo, seguramente tratarás de centrarte en pensamientos o emociones positivas, sacando de tu cabeza lo que realmente sientes. Y la verdad, es que cuando tienes un rato a solas contigo mismo, al final del día, te das cuenta de que tampoco funciona. Ignorar los pensamientos y emociones más difíciles no te ayuda a “sacarte esta sensación de malestar e insatisfacción personal” que no sabes de dónde viene y cómo describirlo.

¿Qué significa que el manager está “incubando” sus emociones?

INCUBAR emociones significa que dedicas demasiado tiempo y energías a rumiar los pensamientos y emociones más difíciles. Nadas seguramente, en un malestar que da vueltas y vueltas en tu cabeza, creándote mucha ansiedad y sensación de ahogo. A diferencia de cuando se embotellan las emociones, cuando se incuban emociones, el manager es consciente de sus emociones. Ahora bien, al rumiar y preocuparte constantemente las emociones cada vez son más fuertes y te dejan agotado emocionalmente. 

Aparentemente percibirás que preocuparte excesivamente de lo que piensas y sientes, te da cierta tranquilidad, porque parece que te estás haciendo responsable de lo que te ocurre. Ahora bien, las estrategias que estás usando para resolver estas emociones no están dando resultados, y cada vez te sientes más culpable y preocupado por tus propias preocupaciones. 

No sirven las “aspirinas emocionales” para resolver la tristeza de un manager

Cómo habrás podido reflexionar ambas estrategias, embotellar e incubar emociones, no sirven para sentirte más feliz, y satisfecho con tu vida. Estas estrategias, aunque posiblemente las lleves usando mucho tiempo, están centradas en el corto plazo. Y son como aspirinas para tu dolor emocional, igual que cuando te tomas una aspirina para el dolor de cabeza. Durante unas horas detienen el dolor, pero no se resuelve el problema principal. 

Buenas noticias para tu tristeza, enfado, culpa, o miedo

Éstas suelen ser las emociones básicas más difíciles que descubres que hay bajo ese malestar del manager. Detrás de ellas suele haber un complejo entramado de situaciones, reacciones, estrategias no saludables y decisiones que no ayudan a resolver el problema emocional.

Acostumbrados a su perfil de “aparente fortaleza”, han dejado de practicar o no lo han hecho muy a menudo, estrategias emocionales más saludables que les permitan cuidarse personal y emocionalmente. 

Las emociones, incluso las más difíciles tiene un aspecto funcional en el ser humano. Aunque las temas, son una fuente de sabiduría personal que necesita afrontarse con valentía emocional. Las obligaciones del día a día, personales y profesionales, hacen que dediques poco tiempo eficiente a resolverlas y a aprovecharte de ellas. Las emociones siempre te informarán de algo que te ocurre, algo que echas de menos, o que consideras injusto o algo que necesitas afrontar de manera distinta o incluso restaurar. 

Embotellar o incubar las emociones te aleja de optimizar tu sabiduría personal. Me preocuparía que no sintieras. Así que, si sientes este malestar interno es una buena noticia. Muchos clientes verbalizan que no deberían sentirse así: tristes, enfadados, culpables o asustados. Con sorpresa, siempre reciben de mí, la enhorabuena. 

Tus emociones más difíciles te están avisando de algo, y son el primer escalón para alcanzar un mayor bienestar. Si ellas será más difícil aunque te cueste describir lo que sientes.  

Desde luego, la tarea, el escalón que sigue a la aceptación de estas emociones es descubrir a dónde te llevan para tomar decisiones sobre tu bienestar y satisfacción personal. 

Primeras recomendaciones para cuando el manager se siente triste

  • Para, es muy importante que lo hagas. La inercia del día a día hace que sitúes todo lo que sientes en un segundo plano. Y lo sientes todo de manera difusa y confusa.
  • Busca un momento tranquilo para conversar desde la calma contigo mismo. Te lo mereces.
  • Cuestiónate desde la compasión y la comprensión: ¿cómo describirías lo que sientes?, ¿cuándo empezó este malestar?, ¿cómo está afectándote este malestar a ti mismo y a tus relaciones familiares, sociales y laborales?.
  • Seguramente sentirás una gran necesidad de estar solo, incluso puede que hayas pensado que no te apetecen tantas actividades sociales como tenías antes. No pasa nada. Es una señal. Permítetelo y descubre qué ocurre.
  • Cuídate físicamente. Deporte y buena alimentación ayudarán a bajar un poco la intensidad de lo que sientes. Desde ahí podrás abordarlo mejor. 
  • Escribe lo que sientes. Aunque creas que no tiene sentido. Solo escribe aunque parezca todo inconexo.
  • Cuenta con alguna persona de tu confianza. Y con esto me refiero a alguna persona con la que no tengas miedo de sentirte vulnerable. De esas que saben que te van a escuchar activamente con una aceptación incondicional.
  • Si sientes que estás en un momento de crisis, evita juzgar este momento como algo negativo, que no debería pasarte. Son necesarias las crisis para avanzar. Lo importante es que esas crisis tengan el menor coste emocional posible.
  • Pide ayuda profesional. Cuenta conmigo si lo consideras.


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