Esta frase de “en tiempos de COVID-19….”, parece que se nos va a hacer más larga de lo que parece. Y es que queramos o no, estamos asistiendo a posiblemente, el mayor ejercicio de aceptación, sin renunciar a ser feliz. Primera porque aceptar no significa renunciar a ser feliz. Segunda porque aceptar es también un proceso psicológico de crecimiento personal.
Día a día, tanto en el ámbito personal como profesional, identifico cómo las personas van aceptando la tarea de aceptar. También por supuesto, están los que se rebelan de esta capacidad de aceptar. Y por último, los que no están aceptando los cambios, que no es que vienen, ya están aquí.
Desde que no podemos darnos abrazos y besos con tranquilidad y seguridad, hasta que la forma de trabajar ha podido cambiar. También, nos encontramos que nuestros hábitos de compra han cambiado. La forma de salir a la calle, con mascarilla, nos sumerge en una nueva forma de relacionarnos, sobre todo a través de la mirada. En este punto, veo importante un ejercicio que a veces, recomiendo y es sonreír o comunicar solo a través de los ojos.
Las distintas medidas de seguridad, de distancia y lavado de manos, la nueva organización y cuidado de la familia, todo son medidas que necesitamos incorporar como lavarnos los dientes varias veces al día.
Cómo aceptar los cambios sin renunciar a ser feliz
Encontrar tu tranquilidad en esta “nueva normalidad”.
Y tanto si te estás rebelando como si no estás aceptando estos cambios, puedes sufrir y embarcarte en un periodo de infelicidad y desmotivación. Sí, este es el lado que más me preocupa. Aunque quiero decirte desde ya, que todas las emociones incómodas y desadaptativas que puedas sentir en este momento, son del todo normales. Tenemos un sistema nervioso fabuloso, que funciona a la perfección para avisarnos de aquello que nos preocupa o nos incomoda. A su vez, se encarga de avisarnos cuándo y cómo necesitamos abordar las experiencias cotidianas de una forma distinta.
El miedo, la ansiedad, la sensación de tensión, que puede que estés experimentando, no es nada malo, al contrario. Es tu mente haciendo el esfuerzo de adaptarse, y diciéndote lo que necesita.
En esta “nueva normalidad” es clave que, a parte de todas las medidas que nos recomienda, vuelvas a encontrar tu espacio de control. Cómo quieres ser el protagonista en este nuevo escenario, te ayudará a vivir las nuevas experiencias de forma más tranquila. Hasta que puedas recuperar tu felicidad o motivación en caso de que esté en riesgo.
Ojalá que pronto se encuentren las soluciones médicas y sanitarias para que todo se parezca a lo que vivimos antes. Ahora bien, es posible que no recuperemos el mundo tal cual la conocíamos. Porque si no es este virus, puede ser otro. Los protocolos de seguridad e higiene, el cuidado de las personas y del medio ambiente, ya no pueden no ser importantes en nuestras vidas.
Y entre tanto, puedes ocuparte igualmente de ser feliz, aceptando antes las nuevas condiciones
A pesar de estos cambios, la vida sigue igual que antes. Tienes oportunidad de crecer, formarte, relacionarte, vivir, aprender de ti, estar con tu familia, amigos, etc. Así que sólo, ten en cuenta que algunas medidas del escenario son diferentes.
Sigues teniendo la oportunidad de ser dueño de tu vida, insisto, aceptando las nuevas condiciones. Y esto es quizá, lo que más está costando. Puede que te cause estrés e impotencia la nueva organización con tu familia, los cambios a la hora de trabajar o incluso acceder a un nuevo trabajo, la forma de formarte para seguir con tu trayectoria profesional… Y aquí estamos, acéptalo. Trabaja, interior y personalmente, qué necesitas aceptar para no estar recordando viejos momentos que ahora no están. Te quedarás “enganchado” a emociones desadaptativas de miedo, ansiedad, enfado y/o tristeza.
Recuerda, no es que no debas incorporar a tu proceso de adaptación estas emociones más difíciles, sólo no te quedes “enganchado” a ellas. La aceptación no es un proceso rápido ni automático. Suele ser más bien un proceso creciente con altibajos. Procura que esos altibajos no sean demasiado intensos.
Cómo aceptar los cambios sin renunciar a ser feliz. Esa es la clave. No es resignación. La resignación te mantendrá con sentimientos de enfado y ansiedad constante. Es aceptar radicalmente las nuevas condiciones como parte de tu vida, y ocuparte de ser feliz. No necesitamos que sonrías constantemente, sólo que puedas seguir valorando tu vida con tranquilidad y con un sentimiento general de felicidad y satisfacción con la vida que eliges vivir.
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Aceptar es un proceso de maduración personal
Aceptar implica, que asumes determinadas circunstancias de tu vida que no están bajo tu control. Y como no están bajo tu control, es inútil emocionalmente que te rebeles e insistas contra ellas. Estoy segura que en tu vida has aceptado determinadas circunstancias familiares, laborales o personales sobre las que no tienes control. Y aún así, has buscado la forma de vivir de manera protagonista. Recuerda estos éxitos pasados de aceptación. Piensa qué sentías y cómo calmaste esas emociones más difíciles. Reflexiona sobre lo que hiciste para aceptar un fallecimiento inesperado, de un ser querido. O unas circunstancias laborales que en ese momento no estaban bajo tu control. También es posible que aceptaras alguna despedida y cierre de una relación personal. ¿Cómo conseguiste superarlo y seguir viviendo sintiéndote bien contigo mismo?. ¿Qué hiciste para asumir las consecuencias de esos cambios?. Es hora de rebuscar en tu “cajón de fortalezas” para seguir afrontando los nuevos cambios.
Recuerda se trata de que te ocupes de ti, como seguramente lo has hecho en otras ocasiones. Y no renuncies a ser feliz en el nuevo escenario.
Cómo dejar de preocuparte sobre lo que no puedes cambiar
Amy Morin, autora de 13 Things Mentally Strong People Don’t Do en su artículo How to Stop Worrying About Things You Can’t Change en Psychology Today, nos recuerda y hace un buen resumen de ideas clave en estos momentos:
- Sé que hay circunstancias que no puedes controlar, pero dentro de ese escenario ¿Qué sí puedes controlar?. No puedes controlar el avance o retroceso del COVID-19 y los riesgos que existen. Ahora, ¿qué puedes hacer para prepararte para correr menos riesgos?
- ¿En qué puedes influir?. Para maximizar tu nivel de influencia en tus experiencias de vida, céntrate en reformular tus expectativas y aprender nuevos comportamientos y actitudes.
- ¿A qué tienes miedo?. Define e identifica tu miedo y valora qué podrías hacer en esos escenarios que temes. Tu miedo puede ser totalmente normal. Ahora bien, se volverá desadaptativo, si no le haces caso, preparándote para lo que temes.
- ¿Rumias o te ocupas de solucionar?. En este punto me encuentro con muchas personas que dicen “pero si mi cabeza no para… siempre estoy pensado…”. Sí, pero ¿cómo lo haces?. ¿Rumias una y otra vez en círculo, aumentando tu preocupación?. O realmente, ¿te ocupas de pensar cómo lo puedes solucionar?.
- ¿Tienes un plan para abordar tu estrés?. A pesar de tus esfuerzos, puede que estés viviendo situaciones realmente demandantes de atención y compromiso. ¿Qué haces para compensar el desgaste por estrés?.
5 claves para aceptar lo que no puedes cambiar
Joseph Wilner, en su web You have a calling, y en su artículo 5 keys to accepting what you can’t change, nos resume algunas ideas que nos pueden ayudar.
Sobre todo recuerda, que tu capacidad de aceptar va a proporcionarte muchos beneficios: actitud más positiva, menos preocupación y estrés, menos energía en pensar en escenarios que todavía no han ocurrido, capacidad para afrontar los cambios, mayor apreciación y gratitud, y una perspectiva más compasiva hacia ti y hacia los demás.
- Integra el pasado en tu presente, sin volver hacia atrás lamentándote o deseando que el presente sea de otra forma. Acepta lo que viviste. Ya sean errores, remordimientos, o la ilusión de que el tiempo pasado fue mejor. Todo te ha ayudado a llegar aquí. Lo que has vivido, te ha hecho ser quién eres ahora. ¿Cómo seguirás con lo que aprendiste y sentiste?
- Aprende habilidades de afrontamiento. Ocúpate de aprender nuevas formas de abordar momentos críticos.
- Haz que sea significativo para ti. Es más fácil abordar y aceptar los cambios cuando te ocupas de explorar posibilidades y oportunidades. Elige cómo quieres hacer que sea importante para ti.
- Pon el foco en crear en vez de esperar que “ojalá que…”. No te quedes esperando, volver a tiempos mejores, o a que ocurra algo que te haga sentir mejor. Ve a por ello. Créalo en estas nuevas circunstancias.
- Establece nuevas metas. Evita vivir mucho tiempo en la decepción de que algunos resultados no ocurren. ¿Cómo puedes adaptarte?
Afronta lo que no puedes cambiar desde la calma
Sí, busca la forma. Reduce la intensidad de tus emociones más difíciles. Haz ejercicio y cualquier actividad que te calme. Respira y desde ahí empieza a trabajar tu aceptación y las consecuencias de la nueva situación. ¿Qué harás para vivir mejor con esas consecuencias?. ¿Qué estás dispuesto a cambiar o adaptar para que sufras menos?. ¿Cómo puedes incluso plantearte algo nuevo que provoques tú y que te haga sentir mejor?.
Los mayores aprendizajes personales, se dan desde la calma y el bienestar. Ocúpate de ti primero. Búscate en tu mejor sensación y desde ahí permite que tu pensamiento y tus mejores habilidades te guíen para afrontar los nuevos cambios.
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Conclusión
- Encuentra tu tranquilidad en esta “nueva normalidad”.
- Ocúpate igualmente de ser feliz, aceptando antes las nuevas condiciones
- Aceptar es un proceso de maduración personal
- Ocúpate de abandonar el hábito de rumiar sobre lo que no puedes controlar
- Haz que el afrontamiento de las nuevas circunstancias sea significativo para ti.
- Busca la calma.