Cuando afrontamos el miedo, la incertidumbre o la adversidad, todo nuestro sistema neuronal se pone en alerta. Disponemos de ese mecanismo tan bien diseñado en nuestro cerebro para permanecer a salvo del peligro, sea físico o emocional. Como hemos explicado en ocasiones anteriores, esta es la razón por la cual necesitamos prestar atención a nuestras emociones.
Las emociones, intranquilidad, ansiedad, miedo… todas ellas cumplen una función. Te avisan de que se necesitan más recursos psicológicos de los habituales para afrontar la situación que tienes delante.
De ti depende, si logras escucharte para saber qué necesitas para estar bien. Puede ocurrir, como habrás comprobado en otras situaciones, que el miedo, la incertidumbre o la adversidad te bloquean. En este caso, no estás prestando atención a tus necesidades. Estás alimentando los pensamientos obsesivos, negativos e intrusivos que permite el Sistema Nervioso Simpático (responsable de las amenazas) cuando se activa. Bajo este sistema nervioso, solo podemos crear pensamientos de este tipo. No significa que sean válidos, pero se generan para mantener tu estado de alarma. Si los alimentas dando por ciertos todos los miedos que te vienen a la cabeza, sin duda tus niveles de ansiedad se multiplicarán.
Así, que es normal tener miedo y ansiedad, ante situaciones de incertidumbre y adversidad. Ahora bien céntrate en lo que te indican que necesitas para afrontarlos desde la calma. Tu cerebro funciona genial, solo es importante que aprendas a regular su intensidad y tomes pequeñas decisiones.
Tómate un momento a la hora que te sea más fácil para ralentizar tus pensamientos de miedo. Respira profundamente. Concéntrate en qué necesitarías para sentirte mejor en la situación que estás viviendo. Pueden ser decisiones pequeñas pero seguramente de gran impacto emocional. No las desestimes. Invirtiendo en ello, puedes ser aplicar mayor eficiencia en otro tipo de tareas de mayor envergadura.
En esa situación que estás viviendo adversa e incierta, ¿de qué información dispones?. Presta atención a datos objetivos, información proporcionada por expertos y autoridades en tu situación. Planifica cómo te afecta esa información y toma decisiones en consecuencia con esos datos objetivos.
No es momento de catastrofismos ni de imaginaciones creativas de corte negativo. Céntrate en los datos objetivos.
Ya superaste seguro otras situaciones difíciles e inciertas. ¿Cómo lo hiciste?. ¿Qué recursos mentales y emocionales pusiste en marcha para superar aquella situación?. ¿Cuáles son los que mejor te funcionaron y te ayudaron a sentirte mejor?. ¿Cómo puedes aplicarlos en esta situación?. Sé flexible cognitivamente y creativo. Aquí, sí puedes serlo. Es hora de poner en marcha tu imaginación usando tus mejores herramientas emocionales y mentales. Puedes conseguirlo. Sólo recuerda, piensa despacio y cuenta con lo mejor de ti.
Sí, la mirada apreciativa en este momento es muy importante. El enfoque apreciativo en psicología parte de la capacidad de centrar tu foco de atención en lo que sí funciona, en lo mejor de esta situación, y en el plan que vas a poner en marcha para resolver este nuevo escenario. Puede ser un buen momento para entrenar tu capacidad de prestar atención a qué va bien, qué funciona bien.
Cuando hablamos de resiliencia, y es la habilidad clave en momentos de miedo, incertidumbre y adversidad, suele haber confusión. La Resiliencia no es:
Las trampas mentales se originan cuando alimentas el miedo y no tomas decisiones sobre aquello de lo que te alerta. Das vueltas y vueltas rumiando a pensamientos del tipo:
Para, déjalos. Son producto del cortisol en tu cuerpo. Tienes la responsabilidad y el derecho de ocuparte de lo que te preocupa, pero desde la calma. No desde la desesperación, ya que no te ayudará y no te cuidarás emocionalmente.
No hay nada mejor que el ejercicio físico para combatir la ansiedad, aunque parezca mentira. Las endocrinas producidas y la oxitocina creada por el propio cerebro en momentos de ejercicio físico, te ayudará a compensar el desgaste emocional causado por miedo, y la incertidumbre. Haz alguna rutina de ejercicio, lo que sea en el tiempo y espacio del que dispongas.
Si en esta situación adversa, incierta y ambigua, tienes un papel relevante (profesional sanitario, psicólogos, profesores, responsables de equipos de trabajo, gerentes, padres, etc…), y dependen de ti otras personas, sé el primero en cuidarte. No es egoísta, es práctico e inteligente emocionalmente hablando.
Será difícil que ayudes a alguien más si tú no estás bien. Haz lo que necesites para estar centrado y sano emocionalmente. Tus recursos psicológicos serán de gran relevancia para aquellos que quieres cuidar o atender.
Qué ocurre si tus planes o calendario ha quedado suspendido temporalmente por la situación de crisis o incertidumbre?. Cuanto antes lo aceptes mejor. Tómate unos días de descanso para digerirlo. Necesitas reiniciar y adaptarte a la información de la nueva situación. Céntrate en lo que puedes controlar dentro de esa situación, no la de antes. Ya no sirve tu planificación anterior.
Me encuentro con muchos profesionales y estudiantes de oposiciones, que se han visto afectados en estos momentos de emergencia y cambio, por cambios en sus planes. Más allá de darte cuenta de que estás intensamente contrariado, necesitas “digestión emocional” de la nueva situación y readaptar tus planes. Con calma, repito. Y si es necesario unos días para “reiniciar” mental y emocionalmente, tómatelos.
Recapitula. ¿Cuál es el nuevo escenario?. ¿Qué información tienes?. Reflexiona, ¿qué es lo más importante para ti en este nuevo escenario?. Es momento de hacer una nueva evaluación de tus prioridades. Ya las volverás a ajustar después, en otro momento más tranquilo. Ahora, no antes, ni después. ¿Qué es importante para ti ahora?.
En esta nueva situación de incertidumbre vas a necesitar toda tu energía. Así que, mejor si empiezas a tomar decisiones sobre los ámbitos de actuación donde quieres invertirla. Te permitirá no dejarte llevar por la intensidad de otras preocupaciones que no vienen al caso.
Pon el foco en lo que depende de ti y sobre lo que tienes posibilidad de actuar. Lo demás te agotará si no puedes realmente influir sobre ello.
Una vez descubras tus prioridades, actúa en consecuencia. Haz planes acordes a la situación que vives ahora. Te facilitará sentirte eficiente ante la adversidad y combatirá el miedo que inicialmente sentías. Recuerda nuevamente, ser dinámico en tus planes y mantener la calma.
Sí, recuérdalo. Ya has pasado por otras situaciones difíciles. Y las superaste. Espero que no te agotaras demasiado emocionalmente. Ahora tienes otra oportunidad para que cuando pase la tormenta, te sientas orgulloso de ti mismo. Tienes una oportunidad para entrenar tu tolerancia a la incertidumbre. Aprovéchala. Puedes no hacerlo, recuerda. Y resistirte con todas tus fuerzas pero saldrás con más daño emocional. Tómate el tiempo que necesites para aceptarlo, pero sin perder el norte. Aceptar el cambio, es la clave. Se trata de crear tu propio futuro cercano con la nueva información de la que dispones. Aprovéchala.
Quieras o no vas a aprender de ti mismo muchísimo en esta situación de incertidumbre. Así que mejor toma las riendas. Aprende de ti y de los tuyos. Y en la medida de lo posible mantente ocupado en actividades constructivas. Como hemos dicho, esto también pasará, y puedes aprovechar para poner en marcha actividades y aprendizajes que en otro momento no fue posible.
Rodéate o comunícate habitualmente con las personas de tu mayor confianza. Consulta con profesionales titulados y certificados que te puedan ayudar a superar mejor la situación.
Psicóloga Colegiada. Especialista en Coaching Acreditada por el Colegio Oficial de Psicólogos. Formadora. Consultora Desarrollo de Talento Personal y Profesional.