Por qué sientes inseguridad emocional en tu día a día

Por qué sientes inseguridad emocional en tu día a día. ¿Te lo has preguntado alguna vez?. Quizá hayas pensado algo así. “Tengo mucha ansiedad en estas situaciones”. “Me pongo muy nervioso en las entrevistas de trabajo”. “Vivo con mucha ansiedad en el trabajo”. “No soy capaz de relajarme cuando tengo que hablar con esta persona”.

¿Te suenan algunas de estas expresiones?. Una buena parte de la ansiedad que muchas personas sienten tienen que ver con la inseguridad emocional. Es decir, su autoestima no está lo suficientemente sólida como para poder abordar determinadas situaciones con mayor tranquilidad.

La inseguridad emocional, o inseguridad en uno mismo, conlleva una sensación de ansiedad o nerviosismo. Esta sensación se produce como consecuencia la valoración que, en ocasiones, puedes hacer sobre tu valía personal. Es posible que no te percibas suficientemente valioso, querido, bueno, etc., especialmente comparándote con otros.

Por el contrario, cuando una persona se siente segura consigo misma a nivel emocional, todo cambia. La persona es capaz de regular sus propias emociones en cada una de las situaciones. Las personas con seguridad emocional son resilientes y buscan la mejor opción emocionalmente saludable para afrontar las distintas experiencias.

El Dr. William E. Blitz fue uno de los primeros en utilizar este término “seguridad emocional”. Definiendo este concepto como el estado mental en el que la persona acepta las consecuencias de su comportamiento. La seguridad emocional, está pues, muy relacionada con los conceptos de autoestima, auto-eficacia, y auto-aceptación.

Por qué sientes inseguridad emocional en tu día a día

Diversos son los motivos por las cuales puedes sentirte inseguro. Cierto es que hay algunos motivos que son muy comunes. Al trabajar con mis clientes en las sesiones de desarrollo psicológico personal, te das cuenta que cada persona lo siente de una manera. Ahora bien, en el fondo más estructural hay unas bases comunes a todos.

Melanie Greenberg Ph.D, en su artículo The 3 Most Common Causes of Insecurity and How to Beat Them en Psychology today, clasifica los tres motivos más comunes.

Sientes inseguridad debido a un reciente fracaso o rechazo

Las investigaciones sobre felicidad indican que aproximadamente el 40% del “coeficiente de felicidad” se basa en los eventos vitales. Es decir, en las experiencias que vives. Así, las experiencias negativas que más influyen en la felicidad son: terminar una relación, el fallecimiento de la pareja, la pérdida de un trabajo y los problemas de salud. Debido a que “no sentirse feliz” influye en la autoestima, las situaciones de fracaso o rechazo, aumentan esta falta de confianza en uno mismo.

En situaciones de fracaso rechazo, es la perseverancia y la tolerancia al estrés, lo que te permitirá volver a crear oportunidades de alimentar tu autoestima.

Recomendación

  • Sé consciente de el motivo por el cual tomas decisiones y actúas.
  • Aprende a identificar todo lo que estás evitando.
  • Analiza por qué determinadas situaciones o personas te causan ansiedad.

No tienes confianza en situaciones sociales

Si es tu caso, cualquier situación social, reuniones familiares, eventos profesionales, fiestas, entrevistas, etc., te causará ansiedad e incluso, a algunas personas, miedo. En estas situaciones, es la ansiedad de evaluación la que prima. Tu posible miedo a ser evaluado por otros, será tu principal preocupación y foco de atención. Antes incluso, del evento, durante y posiblemente después, tus pensamientos estarán dirigidos a la evaluación que otras personas pueden hacer de ti. Y es muy posible que anticipes que esa evaluación tenga un resultado negativo hacia ti.

Es posible también, que ya hayas tenido experiencias similares anteriormente, y que no lo hayas pasado nada bien. Con lo que si, has continuado con ese patrón de no afrontamiento emocional, cada vez, te sentirás con más ansiedad y más inseguro de ti mismo. Algunas personas, acaban por evitar cualquier evento social en el que estimen que no se sienten seguros. Esta decisión, aunque inicialmente, calme tu ansiedad, prolongará tu dificultad a afrontar situaciones de evaluación. Con lo que cada vez serán más las situaciones que evites. Recuerda, evitar la ansiedad, más allá de la “aparente tranquilidad” inicial aumentará tu ansiedad. 

Recomendación

  • Sé consciente de el motivo por el cual tomas decisiones y actúas.
  • Aprende a identificar todo lo que estás evitando.
  • Analiza por qué determinadas situaciones o personas te causan ansiedad.

Sientes inseguridad debido a tu alto nivel de perfeccionismo

Algo muy valioso es la mentalidad de crecimiento y mejora constante. Este tipo de mentalidad te mantendrá en constante aprendizaje y en situación de alimentar tu autoestima de manera saludable. Ahora bien, un alto grado de perfeccionismo y constante comparación con otras personas te creará altos niveles de ansiedad y de insatisfacción personal. 

Ten en cuenta además, que aunque tenemos una gran capacidad de impactar sobre los resultados que queremos obtener, siempre hay un espacio que no controlamos. Saber lidiar y diferenciar el margen que depende de nosotros y el margen que no, es importante para tu salud y seguridad emocional.

En el caso de que el perfeccionismo se haya apoderado de tu foco de atención, seguramente estarás culpándote constantemente. Causándote así grandes niveles de insatisfacción y decepción contigo mismo. Permanece alerta a este aspecto. En caso contrario, estarás influyendo directamente en tu nivel de agotamiento mental y emocional. De esta forma, estarás menos preparado para aprender, mejorar y ser mejor. Es importante estar atento a esta paradoja. Tu objetivo es bueno, ser mejor. Ahora bien, tu forma de llevarlo irá en contra de tu objetivo.

Recomendación

  • Recuerda diferenciar las decisiones que tomas para aprender y ser mejor, y las que tomas porque te obsesiona el perfeccionismo.


Recomendado: Las personas fuertes también sienten inseguridad

¿Qué signos pueden ayudarte a identificar tu inseguridad emocional?

Seguramente hayas identificado en ti o en otras personas determinadas señales que esconden inseguridad emocional. Por si acaso, las repasaremos. Puede ser un buen ejercicio el apuntarte dónde te sientes identificado. Piensa después cómo puedes abordar estas señales de inseguridad emocional.

Reflexionar sobre por qué sientes inseguridad emocional en tu día a día, es el primer paso para abordarlo.

Actitud Defensiva o Agresiva

Actuar o verbalizar de forma agresiva. Invertir gran energía en defenderte ante los demás, sintiéndote amenazado. Amenazar verbalmente ante otras posibilidades que te ofrezcan los demás. Atacar las debilidades de otra persona cuando te proporcionan un feedback que no estás dispuesto a asumir. Ofrecer pocas opciones y con condiciones a la hora de llegar a un acuerdo con otras personas. ¿Te identificas o identificas estas conductas en otras personas?. Sí, estas podrían ser muy bien ejemplos, señales, de que es la inseguridad emocional la que dirige el foco de atención y de actuación. Como consecuencia, todos los pensamientos relacionados con tu inseguridad serán el criterio que guíe tus decisiones.

Es algo así, como tratar de controlar o aparentar ser más fuerte que el otro, cuando realmente no te sientes así. Antes de que te ataquen, atacas. Por si acaso.

Desafortunadamente este patrón de comportamiento, además de agotar emocionalmente, no suele obtener buenos resultados. Potencia el malestar y continua reforzando la inseguridad emocional.

Redirigir la culpa

El miedo a reconocer el protagonismo de posibles equivocaciones, hace que en determinadas ocasiones culpes a otros. La ansiedad por equivocación o por evaluación negativa, hace que tengas que utilizar estrategias de evitación. Para reducir esta ansiedad, rediriges la culpa o el error hacia otras personas o lo atribuyes a factores externos a ti que crees que no son controlables.

El problema con esta estrategia es que pierdes cada vez más, la posibilidad de tener una percepción más realista sobre ti. Además, se reduce la probabilidad de aprender y sentir mayor satisfacción personal contigo mismo. Con lo que tus posibilidades de aumentar la autoestima con el cambio y el aprendizaje quedan reducidas al mínimo.

Compararte con otros

Compararte con los demás es una de las mayores trampas mentales para la autoestima. Realmente tu foco de atención está más centrado en lo que tienen los demás que no tienes tú. En las capacidades que el otro parece dominar y tú no.

Lo que se olvida en estas comparaciones, es tener un mayor abanico de atención. Todas las personas tienen fortalezas y aspectos de mejora. En este caso, es posible que estés aplicando una atención selectiva a los aspectos que consideras que no dominas. Se te olvida que lo mismo puede pasar al revés.

Hay otro aspecto fundamental, y es que cada persona es un mundo. Cada persona tiene una trayectoria personal diferente y es importante que la respetes. Que respetes tu trayectoria personal, tus avances y tus retos pendientes. Así, como los de los demás.

Céntrate mejor en tu evolución, en tus avances y en los retos que quieres asumir. A lo mejor, las fortalezas que tiene esa persona que admiras, le ha costado mucho adquirirlas y ha tenido que afrontar situaciones que tú no has vivido. No te fijes sólo en el gran dominio que parece que es “natural”. Toda habilidad viene de un gran número de ocasiones en los que la persona ha afrontado sus retos. ¿En qué habilidades quieres poner tu energía?. ¿Cuáles son los retos que quieres asumir?. ¿Cuánto estás dispuesto a practicar y no evitar.

Dependencia Emocional

Psicológicamente hablando, la dependencia emocional causa estragos en la seguridad de una persona. En muchas ocasiones, además, puede que no te des cuenta de esta dependencia. Es importante estar alerta. He trabajado con muchos clientes con dependencia emocional. Esta experiencia me indica que cuánto más tiempo funciones dependiendo de los demás, mayor el impacto negativo, y mayor, la dificultad de curar tus heridas. Se puede mejorar, por supuesto. Y conseguir ser autónomo emocionalmente. Ahora bien, cuanto más tiempo, posiblemente más dolor. Identifícalo lo antes posible y evita un sufrimiento adicional gratuito.

“Vender” tu valía personal y la opinión que tienes de ti mismo a la opinión de los demás, es muy doloroso. Además, genera un gran estrés, pues a cambio, de que seas como los demás quieren, tú tendrás valor. ¿Y si la opinión de los demás cambia?. ¿Y si cada persona a la que quieres agradar tiene unas prioridades distintas sobre ti?. Permanece alerta. Es imposible contentar a todos, constantemente.

Es importante, que te des importancia. Tú decides cómo quieres ser, cómo quieres crecer y cómo vas a hacer para crear relaciones autenticas y saludables. No lo olvides, tu opinión, es al menos tan importante como la de los demás.

Asumir retos que en el fondo no te ilusionan

Por miedo al rechazo, en ocasiones puede que aceptes retos que, en el fondo, no van contigo. Veo a menudo, personas que se han embarcado en metas porque otros también lo hacen. O porque, “me lo han ofrecido, entonces es que confían en mi”. Fenomenal, y seguro que vales mucho como persona y como profesional. Ahora bien, ¿es lo que quieres realmente?. ¿Te hace ilusión?. Ese reto, ¿es coherente con tus expectativas, prioridades vitales y valores?. Reflexiona sobre ello. Embarcarse en retos que no van contigo puede llevarte a una espiral de insatisfacción y agotamiento permanente.

Aceptar argumentos que no te representan

Nuevamente, el miedo al rechazo puede hacer que temas contradecir a alguien, por si se enfada. Parece tan lógico lo que dice la otra persona, que ¿cómo vas a contradecirle?.

Y así, es posible que acabes tomando decisiones o aceptando criterios que no te representan. Tus valores y prioridades pueden que sean otros. ¿Y si aprendes mejora llegar a acuerdos?. O incluso, a aceptar que podemos no estar de acuerdo, y que tú tienes derecho a pensar de otra forma.


Recomendado: Para qué te sirven las emociones que sientes a diario

¿Cómo puedes empezar a aumentar tu seguridad emocional?

  • Sé consciente de el motivo por el cual tomas decisiones y actúas.
  • Aprende a identificar todo lo que estás evitando.
  • Analiza por qué determinadas situaciones o personas te causan ansiedad.
  • Sé consciente de cuánto asumes la responsabilidad de tus emociones.
  • Decide qué papel quieres que tenga el error, y la equivocación en tu vida.
  • Pon el foco de atención en lo que quieres dar a los demás, que te hará sentir bien, en vez de lo que los demás evaluarán de ti.
  • Recuerda diferenciar las decisiones que tomas para aprender y ser mejor, y las que tomas porque te obsesiona el perfeccionismo.
  • Analiza tus posibles conductas defensivas o agresivas.
  • Decide qué hacer con la culpa.
  • Empieza a practicar la comparación sólo contigo mismo (en relación a cómo eras hace un año).
  • Analiza si estás dependiendo emocionalmente de otras personas para sentirte bien, y empieza a valorar tus criterios.
  • Elige por ti mismo los retos y argumentos vitales que van contigo. Mira a ver cómo te sentirás.
¿Qué nivel de inseguridad emocional consideras que sientes de 1 a 10?
¿Cuáles son las causas que has identificado que pueden estar aumentando tu inseguridad emocional?
¿Qué pequeño cambio puedes empezar a hacer para aumentar tu seguridad emocional?

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