Las personas fuertes también sienten inseguridad. ¿lo sabías?.
En muchas ocasiones los clientes que acuden solicitando ayuda psicológica sienten que su autoestima es tremendamente baja. La inseguridad marca su vida, así como las emociones de tristeza, culpa, enfado, etc. En frecuentes ocasiones se plantean que su objetivo es desarrollar una fuerte autoestima que les ayude a no sufrir, y a no sentir inseguridad sobre sí mismos.
Esta etiqueta de “baja autoestima” suele inundar sus vidas, sus relaciones, su diálogo interno y su capacidad para percibirse como una persona válida. Así, describen muchos problemas y conflictos emocionales que sienten tanto en sus relaciones familiares, sociales o profesionales.
Este hecho de “tener baja autoestima” se convierte en el centro de sus preocupaciones. Les impide en ocasiones, resolver mejor sus intervenciones en reuniones difíciles, en conversaciones con clientes o en sus preocupaciones familiares.
Como consecuencia de esta “baja autoestima”, pierden oportunidades laborales, disfrutan menos de su vida y viven todo con una sensación de amenaza.
Una de las claves que suelo aclarar desde el principio, en las sesiones, es que no es cuestión de tener o no buena autoestima. No es que esta percepción sea algo inamovible para el resto de tu vida. Desarrollar una buena autoestima depende de tu hábito de cuidarte y reconocerte como alguien valioso. Además, serás capaz de identificar en qué aspectos puedes mejorar. Pero desde la calma y desde la visión de aprendizaje. No desde la culpa por no poder “ser de determinada forma”.
Para mis clientes, yo quiero, que cuando finalmente sientan que ya no necesitan contar con un apoyo psicológico extra, puedan seguir por sí mismos. Es crucial para mí, que alcancen la autonomía emocional suficiente para que puedan seguir con sus vidas desde la calma, y la alegría. Esto implicará además que serán capaces de ver sus inseguridades como parte de su autoestima sana.
Las personas fuertes también sienten inseguridad
Tener una autoestima sana no significa que uno no tiene inseguridades. Se tienen, y son puntuales y normalmente útiles. Pues estas inseguridades, ayudan a la persona a saber que en qué le interesa mejorar o crecer.
Cuando decimos “tengo baja autoestima” pensamos que el objetivo a conseguir es sentirse seguros siempre. Y no es así. La persona que está sufriendo porque no se percibe como alguien valioso por sí mismo y en relación a los demás, no tiene una “losa” en sí mismo que lo define como persona. Sencillamente, lo que falta en estos casos son buenos hábitos de autoestima. Además de la aceptación de la inseguridad como algo normal y sano.
Trabajar sobre tus mejores hábitos de autoestima
Los clientes que acuden en búsqueda de apoyo psicológico y que tienen éxito en su trabajo personal, no es que hayan conseguido ser seguros para siempre. Esto no sería sano tampoco. Lo que dejan atrás es:
- La sensación de inseguridad constante y en todas las facetas de su vida.
- Un diálogo interno destructivo y constante.
- Miedos.
- La vivencia constante negativa de una experiencia difícil es sus vidas.
- Hábitos no saludables de relación consigo mismos y con los demás.
- La sensación de decepción constante.
- La dificultad para contradecir a los demás o defender sus propios intereses.
- La dependencia en las relaciones familiares, personales, sociales o laborales.
- Una vida en la que todas sus decisiones dependen o están orientadas a otros en vez de a sí mismos.
En definitiva, cuando terminan el proceso de ayuda psicológica han aprendido una serie de hábitos y enfoques vitales que les permite estar más satisfechos de sí mismos. Repito entonces:
La autoestima sana proviene de los buenos hábitos que tienes al relacionarte contigo mismo.
Compromiso constante con tu capacidad de compasión
En el caso de que sientas que tienes una “autoestima baja” recuerda que puedes empezar a absorber la idea de que “no tienes nada malo”. Son los hábitos que has desarrollado hasta hoy, que son poco saludables y útiles emocionalmente, los que te hacen sentir así.
Con lo que puedes empezar a sufrir menos considerando que lo único que te hace falta son aprender hábitos diferentes, que te ayuden a vivir cada día, con mejor bienestar emocional. Y lo bueno es que estos hábitos van a depender únicamente de ti mismo.
El término que utiliza Jorge Bucay en su libro El camino de la autodependencia, es genial en este sentido. Y es que en muchas ocasiones si sientes que tienes autoestima baja, es muy probable que estés “rendido” a los pies de las valoraciones de los demás.
Veo con frecuencia como muchas personas “venden” su autoestima a la “apuesta externa”. Parece que sólo salen de su malestar emocional cuando alguien les valora. Y aún así, a veces les cuesta creérselo. Genial que alguien pueda valorarte. La información que te proporcionan los demás sobre ti mismo, es muy valiosa y necesaria. Pero no la conviertas en imprescindible para tu valía personal. La fuente de una autoestima sana está en uno mismo. Después, si alguien además, te valora cómo tú hacia ti mismo, fantástico.
Auto Compasión
La auto compasión (que no es tener pena de uno mismo, sino interesarse y ocuparse de uno mismo), es un buen hábito para empezar. Requiere un cambio de mentalidad como nos indica Reed Rawlings en su artículo Self-Compassion, the next step for self-care. Esta nueva mentalidad permite alejarte de las decisiones basadas en la ansiedad y el miedo. En cambio, te dirige a la capacidad de tomar decisiones basadas en la capacidad para hacer:
- Un contraste mental: aprende a identificar los obstáculos en la consecución de tu meta.
- Intenciones de ejecución: pregúntate cual es el plan de acción que te ayudará a superar el posible fracaso.
Tú tienes capacidad para ser compasivo. Estoy segura que regalas esa capacidad a las personas que más te importan. Les cuidas, les animas, les ayudas a ver otras perspectivas de sí mismos, y les apoyas en su toma de decisiones, sean cuales sean. ¿Y si esa capacidad de compasión la enfocaras hacia ti mismo?. Cambia el objetivo. Esta vez puede que seas tú quien necesite de tu propia compasión.
Las personas fuertes también sienten inseguridad.
Si tu compasión no te incluye a ti mismo, entonces tu capacidad de compasión no es completa.
Actividad Recomendada
Escribe tranquilamente en el formato que quieras, papel o digital, la siguiente reflexión.
- ¿En qué momentos o situaciones crees que puedes actuar con más compasión contigo mismo?
- Haz una lista.
- Piensa que necesitas de ti mismo.
- Ayúdate.
Recomendado: 9 señales de que te llevas bien contigo mismo
El hábito de confiar en ti
La confianza no proviene de acertar en todo momento y hacer lo correcto siempre. La confianza proviene de no tener miedo a equivocarse.
Y como todo hábito, practica, una y otra vez. Y más veces. Todas las que necesites, durante toda tu vida. En cada momento vital de nuestra vida tendremos ocasión de retarnos. Cada momento de la vida, requiere de unas decisiones, de unos riesgos, de unas emociones determinadas. Sigue probando. Las personas a las que tú les pones la etiqueta de “autoestima alta” sólo se diferencian de ti, en que constantemente siguen adelante. Prueban, piensan, analizan, se apoyan en sus fortalezas para abordar sus retos. Y donde se sienten inseguros, trazan un plan, aprenden o piden ayuda.
Y este es uno de los mejores hábitos. Tener la mentalidad siempre presente de afrontar en vez de evitar. De dar un paso y pensar el siguiente. El hábito de cuidar la autoestima a través de ser consistente con tu confianza requiere de ti para:
- Recordar logros pasados y analizar cómo los superaste.
- Analizar cómo puedes aprovechar lo que mejor sabes hacer para el próximo reto.
- Tomar la decisión de aprender, antes, durante o después de tu reto. Pero aprender. Nadie sabe hacerlo todo. Muchas personas se bloquean cuando identifican un obstáculo o algo que no saben hacer. Pocos asumen el riesgo de aprovechar sus fortalezas y establecer un plan de aprendizaje.
Y además…
- Elegir un diálogo interno que sea más constructivo y más realista (no sólo pongas el foco en lo negativo). Cierto es que habrá cosas que ahora no puedas o no sepas hacer. Igual que hace unos años. Ahora, también es cierto que sabes y puedes hacer muchas cosas. Tienes habilidades y enfoques valiosos que aportar. Hazlo. Empieza contigo.
- Evita las “metas de evitación”. Cámbialas por retos asumibles y cercanos. Acércate progresivamente a dónde quieres llegar.
- Recuerda sentirse inseguro no significa que tengas una “autoestima baja”, significa que te faltan mejores hábitos para abordar tus miedos.
- Llévate contigo la idea de que tener dudas sobre tus capacidades te hace más responsable. Así que aprovéchalas, están ahí para ayudarte a ser mejor. Que es en definitiva, lo que quieres. Efectivamente, mantener unos hábitos de vida que te mantengan en una buena salud emocional.
- Recuerda las personas fuertes también sienten inseguridad.
Actividad Recomendada
Escribe tranquilamente en el formato que quieras, papel o digital, la siguiente reflexión.
Haz 4 listas:
- Los peores escenarios que pueden ocurrir en aquello que temes
- Acciones o decisiones que puedes hacer para prevenir el fracaso
- Acciones o decisiones que puedes poner en marcha en caso de que finalmente te equivoques o no llegues para reparar la situación
- Identifica los beneficios que conseguirías en caso de intentarlo y los costes que tendrías de no intentarlo.
El hábito de aceptar todo de ti
Me gusta mucho el concepto de “aceptación radical de ti mismo” propuesto por Meg Selig autora de Changepower! 37 Secrets to Habit Change Success. Y es que te será mucho más fácil. Ya que seguro que pasas mucho tiempo pensando en ti mismo, aprovéchalo. Te conoces, te sabes. Quizá con el foco de atención más en lo negativo de ti mismo que en lo positivo. Vale, por algo se empieza. Haz un esfuerzo por conocer y saber de ti también lo que tienes de bueno. Tus fortalezas, tus ilusiones, tus valores, tus prioridades, tus logros, lo que te hace sonreir, lo que te inspira…
Prueba. Completa ese conocimiento de ti mismo. Y ahora acéptalo todo. Absolutamente todo. Lo que te parece genial y lo que te incomoda de ti. Ahora mismo esa persona eres tú. Hace un tiempo eras de otra manera, quizá con más miedos, quizá con más consciencia de tus virtudes. Mañana habrás evolucionado seguro a mejor. Pero ahora, es imprescindible que aceptes tal cual eres en este momento de tu vida. ¿Mañana?. Serás lo que hayas elegido ser. Y pasado mañana, serás también los retos que hayas elegido superar. Y te convertirás en alguien que se siente cada día más orgulloso de sí mismo.
Recuerda aceptarte
Pero recuerda, acéptate completamente. Acepta también que a veces quieres decir no, que a veces, quieres que tus prioridades sean otras. Sólo recuerdas que tienes derecho a todo ello. Reconócelo y acéptalo también. A los demás les das todas esas posibilidades. ¿Dónde está escrito que tú seas menos? 😉
Acéptate también en la relación con los demás. Cada uno es como es, o al menos, cómo elige crecer. Si puedes, rodéate de personas, no que te alaben únicamente, sino que te ayuden a crecer. Son aquellas personas que confían en tus posibilidades las que de verdad te aceptan. Estarán contigo, aunque seguramente el trabajo más importante sea el que tú hagas.
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Ideas para tus nuevos hábitos de autoestima
Lolli Daskal, en su artículo 19 Simple Ways to Boost Your Self-Esteem Quickly, nos propone buenas ideas para desarrollar esos buenos hábitos vitales que ayudarán a que tu autoestima se desarrolle. Mi recomendación: convierte estas ideas en hábitos que siempre te acompañen.
- Aprende todo lo posible sobre una habilidad que te ilusione y esté en coherencia con tus valores e intereses.
- Acostúmbrate a hacer revisión de tus logros.
- Ten el hábito de aplicar tu creatividad en lo que quieras. Por pequeño que sea para los demás, si a ti te va a hacer sonreír, es suficiente.
- Aclara de forma periódica cuáles son los valores en los distintos momentos de tu vida.
- Reta con frecuencia tus pensamientos más catastrofistas.
- Programa con frecuencia salir de tu “zona cómoda”.
- Ayuda a alguien.
- Cura las heridas de tu pasado, y cualquier herida que puedas llegar a tener.
- Deja a un lado, lo que los demás piensen.
- 10. Lee habitualmente algo inspirador.
- Defiende con constancia tu integridad personal.
- Deja que algunas personas negativas se vayan de tu lado.
- Estable límites que te protejan cuando alguien los cruce. Decide cuánta energía quieres invertir en según que “batallas”.
- Cuida habitualmente tu aspecto. Ponte guap@.
- Acepta el fracaso como medio de aprendizaje, no de nada más.
- Sé un estudiante perenne.
- Sé mentor de alguien.
- Afronta tus miedos.
- Define lo que es para ti, tu éxito, el que quieres conseguir.
Conclusión
Recuerda. Es muy importante, las personas fuertes también sienten inseguridad. No es tu objetivo dejar de sentir inseguridad, sino desarrollar hábitos para ser valiente. Ser valiente para tener oportunidades de crecer y de comprobar que lo has conseguido. Y sino habrás aprendido.
- Son los hábitos que tienes en tu vida y en la relación contigo mismos, los que te convertirán en una persona fuerte emocionalmente.
- Aumenta tu compromiso con la capacidad de autocompasión.
- Confía en ti como hábito.
- Acepta todo de ti en cada momento de tu vida.