Son cada vez más las empresas familiares que están interesadas en profesionalizar su organización y las personas que trabajan allí. De hecho, cada vez más, las empresas familiares solicitan procesos de coaching. Bien puede ser, para los propios dueños, o para alguna de las figuras de liderazgo que impulsan el funcionamiento de la empresa.
Ahora bien, una vez iniciado este proceso de coaching orientado a ayudar a los implicados, detectamos algunas trampas psicológicas en las que los propios dueños caen a menudo. Lo más difícil, es que estas trampas se mantienen durante años creando hábitos comportamentales viciados, posibles comportamientos tóxicos o injustos y en general bastante malestar y sufrimiento emocional.
A continuación identificaremos algunas de las trampas psicológicas en las que a menudo cae la empresa familiar.
Trampas psicológicas en la contratación
- Contratar por motivos de vínculo familiar o de amistad. La verdad es que son muchas las empresas familiares que reciben proposiciones de familiares externos y amigos con motivo de “hazme este favor”. El favor consiste en “colocar” a una persona que no has evaluado profesionalmente en algún puesto en la empresa. Así, nos encontramos que pasado el tiempo, estas empresas tienen personas que no se adecúan al puesto. Es decir, no nos hemos ocupado de realizar un proceso de evaluación de competencias personales y profesionales del “candidato”. Y así ver, si realmente se adecúa al puesto.
- No concienciar sobre los valores de la empresa. “Como es amigo…, como es un familiar cercano…. ¡No hace falta!”. Trampa absoluta. Lo que conoces de esa persona en tu ámbito personal, no tiene que coincidir con lo que tú te estás encargando de que se preserve en tu empresa. Años y mucho esfuerzo, te ha costado seguro levantar y mantener tu empresa. Con lo que ¿por qué asumir que piensa y prioriza los mismos valores que tú?. ¿Lo harías con alguien que no conoces y lo seleccionas para tu empresa?
- Poner a la persona “amiga/familiar” en cualquier puesto. Como “hemos hecho un favor”, seguramente habrás buscado cualquier puesto en que la persona pueda estar para que por fin tenga un trabajo. ¡Vaya!, parece que te estás convirtiendo en una ONG. ¿Es posible?. Piensa además qué implicaciones tiene para otros colaboradores que se lo “han currado” para estar en tu empresa.
- No explicar qué aporta ese “profesional” a tu equipo. Seguramente, los demás colaboradores de tu empresa sepan el motivo de por qué ha sido contratado. Entonces, ¿confían en esa persona como profesional?. ¿Le has contratado por vínculo pero no por profesionalidad?. ¿Cómo lo justificarás?. ¿Qué reacciones va a generar?. Estoy segura de que lo has comprobado y los resultados no son buenos.
Trampas psicológicas en gestión de emociones
- No acordar separación de contexto familiar y contexto laboral. Bien has contratado a esa persona con la que tienes un vínculo personal. Y ahora te encuentres posiblemente que en las distintas conversaciones se mezclan temas personales y laborales. Evidentemente, se crea un mix de emociones difíciles de separar y gestionar. En algunos casos, se tornan en grandes discusiones con alta carga emocional.
- Dar más confianza a esta persona con vínculo personal. Y aquí, es donde te encontrarás posiblemente con un problema que se multiplica. Le estás dando más confianza a esta persona que a otras que se han profesionalizado en tu empresa y que les costó tener tu confianza. De repente rompes una conexión para afianzar otra que solo tiene justificación personal. Con lo que ese colaborador que se ve afectado por esta relación personal, seguramente o baje su desempeño o reaccione emocionalmente.
- Ser más condescendiente con tu familiar o amigo. Bueno, ya sabías por qué lo contratabas… Y te has visto sin querer, o queriendo en un trato hacia esa persona, condescendiente porque no quieres ponerlo en evidencia o causar un malestar emocional. Entonces, ¿cómo va esa persona a saber qué son comportamientos de éxito o fracaso en tu empresa?. He visto gerentes de empresa familiar que han llegado al punto de no querer estar mucho en la empresa porque les genera un malestar emocional enorme enfrentarse a esa persona, no queriendo ya ser tan condescendientes.
- Reforzar comportamientos de manipulación emocional. Puede que te parezca exagerado, pero estas situaciones existen. La persona familiar o amiga que fue contratada hace tiempo se ha convertido en una fuente de comportamientos de manipulación emocional hacia el dueño o hacia otros compañeros. Este comportamiento tóxico genera relaciones extremas en los colaboradores. Hay seguidores y retractores pero con mucha intensidad verbal en el camino.
Trampas psicológicas en gestión del desempeño
- No profesionalizar. Tanto si desde hace tiempo un familiar desempeña un puesto de liderazgo, como si desempeña en cualquier otro momento un puesto técnico en la empresa, profesionaliza. Forma, entrena, enseña, gestiona su desempeño y haz seguimiento continuado de sus avances y aprendizajes. Muchas son todavía las empresas familiares que tienen a sus familiares en puestos importantes y desarrollan su trabajo por intuición y por la inercia de lo que ven en otros familiares. Esto crea consecuencias problemáticas en los resultados que los equipos pueden conseguir y en su implicación.
- No proporcionar feedback de mejora. Seguramente aproveches para reforzar a esa persona cuando hace las cosas bien. Pero, ¿y cuándo no?. ¿Evitas esa conversación porque te sabe mal?. ¿Coincide en que ese familiar/amigo se toma las cosas a nivel personal y casi es mejor no hablarlo?. Además del impacto que nuevamente este hábito crea en otros colaboradores, necesitas replantearte este hábito. Porque queriendo salvaguardar a una persona puede que estés creando más problemas en otros colaborares. Seguramente, ellos ven que no se implica tanto como ellos, que no respeta normas o hábitos, o procesos. Y no recibe ningún feedback o consecuencia cuando ellos sí. Es posible que tu equipo acaba desmotivándose y se mine su desempeño.
¿ Y qué hacemos para evitar estas trampas psicológicas en la empresa familiar?
Entre otras acciones empieza por:
- Ser consciente de las consecuencias que generan tus acciones y tus posibles hábitos de evitación. Identifícalos y restaura con un nivel más profesional.
- Alinea las figuras de liderazgo para que tengan los valores de la empresa muy claros. Asegura un desempeño acorde y alineado con la visión de la empresa.
- Aprende y facilita el aprender sobre técnicas para proporcionar un buen feedback.
- Entrénate en conversaciones con colaboradores que tienen problemas en su desempeño profesional.
- Aprende Inteligencia Emocional para gestionar tus propias emociones y ayudar a gestionar las de los demás.
- Toma decisiones para restaurar un nivel profesional en la empresa. Al fin y al cabo, los clientes cuentan con vosotros por vuestra profesionalización. Si esto no es así, elegirán a otros.
Reflexiones finales
- ¿Qué indicadores estás observando que están siendo conflictivos en tu empresa familiar?
- Reflexionar, ¿Qué te dicen tus emociones más incómodas que necesitas cambiar y no lo haces?
- ¿Con quién estás siendo condescendiente y a quién afecta esto?
- ¿Cómo puedes asegurarte que ese familiar/o amigo realmente es válido y va a aportar valor a tu empresa?
- ¿En cuántas trampas psicológicas de la empresa familiar caes habitualmente?