Los ataques verbales parece que están a la orden del día. Sea en una relación de pareja, de un jefe a un empleado, entre compañeros de trabajo, o entre amigos y/o conocidos. Es un poco triste, pero cierto. Creo incluso, que esto se extiende a como conversan las personas consigo mismas. También desde el ataque personal a uno mismo. Y claro, si sumas todo, el malestar emocional está servido.
El otro día descubrí (que lo intuyes, pero…) que hasta las redes sociales con sus algoritmos favorecen las conversaciones y comentarios extremistas y agresivos. El motivo, que genera reacción emocional y la gente participa más de lo normal. Vaya, ¡tendríamos que aprender a cambiar los algoritmos!. Y quizá, participar mucho más cuando alguien comenta o reflexiona de manera saludable y amable.
En cualquier caso, fijaros la explicación, la reactividad emocional es lo importante. Y así, llevamos este hábito tóxico de las redes sociales a la realidad y viceversa. Conclusión: se está perdiendo, tanto la capacidad de gestionar las propias emociones, como la capacidad de aprovecharnos de una buena conversación. Si las personas supieran la paz y el potencial que provoca una buena conversación, quizá se plantearían su forma de conversar.
Hoy me gustaría reflexionar contigo, donde te llevan las conversaciones agresivas, las trampas en las que caes y algunas recomendaciones, ¡si quieres ir en contra de los algoritmos!, y favorecer tu bienestar y el de los demás.
2 formas en las que caer en la trampa de un ataque verbal
Como decía es frecuente escuchar a parejas atacarse verbalmente en conversaciones sin salida:
- Es que tú nunca…
- Parece que no te importe…
- Tú eres el culpable de mi ansiedad, malestar…
- Te complicas demasiado y así no se puede seguir…
O comentarios en el trabajo tipo:
- No deberías…
- Es difícil trabajar contigo…
- No me fío de ti…
- No eres suficientemente…
- Perdona pero eso no es correcto, estás equivocado…
- Solo pones pegas a todo lo que proponemos…
Y podríamos seguir. Si os fijáis es fácil identificar un ataque verbal, porque suele ser generalista, no se centra en una situación concreta y no proporciona mucha información útil. Por su puesto un ataque verbal se centra en lo que NO hiciste o estás haciendo en la actualidad. Y el más dañino de todos se centra en lo que eres. De repente se te asigna un juicio de valor o una etiqueta calificativa que bien puede hundirte en la tristeza o en un importante enfado.
Te contagias de la posición emocional agresiva de tu interlocutor
Evidentemente el tono emocional con el que viene acompañado un ataque verbal es de alteración e imposición. Como nuestro Sistema Nervioso Simpático está diseñado y completamente preparado para reaccionar ante las amenazas, ya tienes la trampa y caes. Desde que empiezas a escuchar cómo se dirigen a ti tu sistema reactivo se ha puesto en marcha. Entonces el foco de tus pensamientos está totalmente centrado en cómo te defenderás, y cómo atacarás a la persona que ha alterado tu cortisol.
Entramos en el juego de niños que yo llamo “y tú más”. Se suceden a partir de ahí intercambios de palabras despreciativas, juicios de valor y de carencia, sobre la persona que te está alterando. Tu cortisol se dispara nuevamente por la cantidad de energía que tienes que reunir para mantener semejante tono de la conversación.
Este curso de conversaciones nos sitúa en el Sistema 1 de pensamiento (Kahneman) que es reactivo, rápido e impulsivo. En OFF ha quedado el Sistema 2 de pensamiento que es más reflexivo y orientado a la solución de problemas.
Recomendado: Qué aprender de ti para regular tus emociones
Conviertes las palabras verbalmente agresivas en tu propia verdad
Después de semejante lucha, tu agotamiento mental y físico ha aumentado. Y en tu cabeza se repiten rápidamente:
- Las palabras de tu “atacante”
- Lo que le has dicho
- También, lo que le hubieras podido decir si te hubiera dado tiempo o estuvieras más calmado
- En tu interior sientes un profundo dolor porque alguien ha podido decir de ti lo que ha dicho ¿cómo se atreve?
- O incluso, empiezas a creer que lo que han dicho pueda ser verdad y entonces te sientes peor aún
Sea que coincidas en tu interior con las palabras agresivas que has recibido o no, pueden haber dos luchas en tu interior:
- No te lo crees, no estás de acuerdo, y te enzarzas en ideas y pensamientos para decirle y demostrarle en cualquier conversación, que esto no es así.
- O te lo crees y te sientes fatal por no ser “tan bueno” como tu creías. Pero te sientes dolido y atacado y tus próximas conversaciones con esa persona, serán en un tono atacante, por lo que te ha hecho.
En ambos casos, has caído en la trampa. Tienes una lucha interna que te genera desasosiego emocional. Es decir, si no es cierto, ¿para qué te enfadas?, tú sabes mejor que nadie quién eres y quién no eres. Luego veremos por qué la persona te ha hablado como lo ha hecho.
Y si, aunque podrían haberte hablado de otra forma, es cierto lo que te han dicho, ¿para qué te enfadas?. Úsalo en tu beneficio y aprende, luego aprenderás también a convertir conversaciones agresivas en más amables, pero ahórrate un malestar gratuito. No te machaques sin motivo.
Piensa con calma, las personas tienen un motivo para conversar de la forma en que lo hacen
El comportamiento verbal agresivo tiene siempre detrás algún motivo. En general, no voy a decir nunca, las personas no tienen una mala intención. Pero sí, motivos de índole emocional. Un comportamiento verbal agresivo, unas palabras desafiantes y enjuiciadoras, pueden tener detrás, entre otros motivos:
- Miedo a sentirse inferior o amenazado por alguna característica de la persona a la que atacan
- Desconocimiento de otras formas de comunicar lo que quieren
- Ansiedad
- Baja autoestima
- Experiencias anteriores negativas o traumáticas
- Frustración
- Falta de descanso y sueño
- Entornos personales y/o familiares difíciles
- Presiones emocionales por otro lado
- Sentimientos de culpa
- Alta exigencia de sí mismo y de los demás
- Carencia de estrategias de afrontamiento ante la incertidumbre
- Experiencias exitosas (consiguen lo que quieren) con la mayoría de las personas cuando atacan verbalmente
- Creencias tóxicas sobre las relaciones personales
A continuación podrías decirme, “bueno ¿y qué?, que aprendan y superen sus problemas, pero que no me hablen así.” Tienes razón, pero… ¿puedes controlar cuándo mejorará esta persona? NO. Mientras tanto ¿quieres sufrir más de lo necesario?. Bien, entonces lo más saludable parece que sea que tú te puedas centrar en ser saludable contigo mismo. Y así no dejarte contagiar, ni caer en las trampas dando por verdad algo que no lo es o enzarzarte en luchas mentales en conversaciones imaginarias.
La inteligencia emocional en las conversaciones es la clave para no caer en la trampa de un ataque verbal
Recuerda la inteligencia emocional es la capacidad de regular la intensidad de tus propias emociones y de buscar la emoción más adecuada para manejar lo mejor posible una situación. También es la capacidad de ayudar a los demás a gestionar sus propias emociones. La primera parte es la prioritaria para ti. La segunda, puedes valorar si es momento o no, o si la otra persona está preparada o no.
En cualquier caso, si tú gestionas tus propias emociones en las conversaciones puedes sufrir mucho menos de lo que lo haces actualmente.
Teniendo en cuenta los motivos que hay detrás de un comportamiento verbal agresivo, necesitas recordar que no todo lo que te dicen otras personas es verdad. O incluso siendo verdad, puedes decidir si es un feedback que quieres usar o no para mejorar. Puede que no encaje con tus valores.
El aspecto clave para mi, es darte cuenta de que cuando alguien conversa agresivamente no está hablando tanto de ti, como de sí mismo. Busca ahora un momento de calma, recuerda conversaciones que has tenido en las que has sentido que te atacaban verbalmente:
- Esta persona normalmente actuará así con más personas no solo contigo
- ¿Qué hay detrás de su comunicación ansiosa?
- Reflexiona, ¿qué emoción te está transmitiendo?
- ¿Qué le preocupa o teme?
- ¿A qué está dando prioridad en sus ataques? ¿Qué motivo puede haber detrás?
Respira cuando detectes que el tono y las palabras de alguien se tornan alteradas y agresivas. Evita reaccionar con otro ataque. Mira si puedes averiguar y preguntarle ¿cuál es su verdadera preocupación?.
Recomendaciones para manejar conversaciones agresivas y ataques verbales
- Tu Sistema Nervioso Simpático (detector de amenazas y peligros) funciona muy bien. Úsalo para detectar cuando el tono de la conversación cambia. Antes de seguir con lo que tenías planteado, invierte parte de tu conversación en profundizar en los motivos de la otra persona y en buscar más información.
- Practica frecuentemente, el Sistema 2 de pensamiento que te permite reflexionar, valorar y ser más flexible y actuar desde la calma.
- Evita caer en un nuevo ataque verbal por tu parte, usa en tus conversaciones más preguntas exploratorias.
- Cambia el foco. En vez de centrarte en tu lucha interna de si tiene razón o no, pon el foco en la otra persona ¿qué le ocurre?.
- Evita sacar conclusiones anticipadas que rápidamente vendrán a tu mente desde el Sistema 1 de Pensamiento. Frena.
- Asegúrate de comprender lo que está comunicándote la otra persona, pregúntale si es esto lo que te quiere decir.
- Recuerda quién eres tú, cuáles son tus valores y principios y actúa y conversa desde ellos, para no perder tu coherencia emocional.
- Es normal que te moleste su tono y sus palabras pero regula la intensidad, uno puede estar enfadado y expresarlo con calma-
- Pon límites y condiciones para seguir la conversación si consideras que estamos llegando a niveles muy tóxicos. Estable una pausa y busca otro momento para seguir la conversación.
- Orienta la conversación a posibles soluciones y acuerdos.
- Recuerda si este tipo de conversaciones se da en RRSS o chats personales, córtalo. Pasad al plano presencial.
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Resumen
- Evita caer en las dos formas de trampa de este tipo de conversaciones.
- Piensa con calma, las personas tienen un motivo para conversar de la forma en que lo hacen.
- La inteligencia emocional en las conversaciones es la clave.
- Empieza por aplicar algunas de las recomendaciones anteriormente mencionadas.