Ser “adicto” está más cerca de nosotros de lo que nos imaginamos. Podríamos destacar varias adicciones, pero hoy nos centraremos en esa adicción al destino o a la responsabilidad que causa tantos estragos en nuestro equilibrio emocional.
Ser adicto, implica, como cualquier adicción, que dependemos de algo para sentirnos bien. La persona que la sufre tiene todos los síntomas correspondientes:
– No concibe su vida sin ello.
– Cada vez necesita “una dosis” mayor de “destino” o “responsabilidad” para sentirse mejor.
– Cada vez lo consigue menos, porque realmente no funciona.
– Toda su vida se guía y se ve afectada por la “adicción al destino o a la responsabilidad”.
– Antepone la adicción a cualquier otra prioridad.
Veamos que nos indican cada una de estas dos adicciones:
Soy una adicta a la responsabilidad que no puede controlarlo todo. Los imprevistos, favorables o adversos, forman parte de la vida.
Efectivamente Carmen. Acordémonos que una forma saludable de resolver nuestras responsbilidades, sin caer en que nos cause estrés, es un buen comienzo. Un saludo y gracias por compartir tu reflexión 🙂 Un saludo
Yo no soy consciente de ser adicto a la responsabilidad o al destino. El destino es una incognita que se resuelve con el paso del tiempo y la responsabilidad se lleva en la sangre o se tiene o no se tiene.
Saludos
Gracias por tu reflexión Josep. Es bueno reflexionar sobre estas “adicciones”. Cada uno ha de valorar si sus acciones le están llevando donde quieren y si le mantienen en equilibrio, de ahí el aprovechar las dos opciones. Un saludo 🙂